Zonas comerciales diseñadas para comprar
¿Alguna vez has acudido a un centro comercial y has terminado comprando aquello que no tenías pensado? La mayoría de las veces ¿verdad? Tranquilo, no eres un comprador compulsivo que necesite terapia. Las zonas comerciales están especialmente diseñadas para que acabes comprando lo que no necesitas o aquello que no te hace tanta falta. Un ejemplo simple es cuando vamos con la intención de comprar un vaquero y no solo compramos eso, sino que acabamos cogiendo una blusa e incluso un objeto de decoración para el hogar… Sí, compras que no tienen nada que ver con la motivación inicial que nos ha llevado al lugar.
Esto es lo que llamamos efecto Gruen. Debido al diseño del centro comercial, a su distribución y a su decoración perfectamente estudiada, el consumidor agrega otros consumos y adquisiciones, restando importancia a los que ha ido a comprar inicialmente.
Una necesidad psicológica básica del ser humano
Este efecto es obra del arquitecto Victor Gruen y lo inició a raíz de un pensamiento muy lógico. Cuanto más bonitos eran los lugares y las zonas de compras, más tiempo pasaban allí los consumidores y por tanto mayor era el consumo.
Gruen no se quedó solo con esa idea, sino que empezó a desarrollar otra mucho más importante a través de una necesidad psicológica básica del ser humano. Pensó que las personas necesitaban otro lugar además de la casa y el trabajo, un lugar donde hacer vida social y desconectar de todo lo demás, de modo que comenzó a diseñar un lugar grande lleno de negocios de distinto tipo que cubrieran varias necesidades de las personas y que a su vez tuviera una estética de lo más bonita y agradable a la vista, donde fuera fácil permanecer por mucho tiempo. De esta manera fue como se originó el concepto de centro comercial que conocemos hoy en día.
Quizás esta es la principal diferencia entre comprar online y acudir al centro comercial, esa magia que se produce cuando paseamos por un espacio comercial de grandes dimensiones y nos sentimos atraídos por los colores, las músicas, la exposición de los artículos… Es el efecto buscado en estos espacios, que las compras se conviertan en un ritual donde disfrutemos y no vayamos solo por el hecho de adquirir un artilugio concreto. El objetivo es convertir ese consumismo en un pasatiempo agradable donde sea inevitable comprar y a la vez sintamos satisfecha una parte emocional interna.
¿Un «Efecto Gruen Digital»?
Sin embargo el efecto Gruen se ha trasladado a su manera al espacio digital. Se ha adaptado a las tendencias de la sociedad actual. Muchas personas adquieren a través de Internet hasta los productos más básicos del día a día. Han cambiado las formas de comprar y ahora llegamos a casa y vamos directos a nuestros dispositivos para buscar lo que nos hace falta adquirir.
Este «Efecto Gruen Digital» perfectamente estudiado se produce cuando estamos navegando con nuestros ordenador o móvil y se nos muestran productos de nuestro interés de forma llamativa, otros que hemos visitado y que no hemos comprado, rebajas en artículos que compramos asiduamente… Esto hace que inevitablemente acabemos adquiriendo productos que no teníamos pensado comprar ¿cuántas veces te ha pasado?
Es así como las técnicas de marketing se han ido adaptando a esta nueva forma de comprar, introduciéndose de manera sutil en ese nuevo entorno para conseguir que aumente nuestro nivel de compra. Esto no quiere decir que los centros comerciales no tengan futuro, pero Internet nos ofrece otras posibilidades de compra, adaptándose a nuestras necesidades y cómo no… ¿Hay que sacarle partido de todas las formas posibles no?